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miércoles, 8 de marzo de 2023

Un acto de descubrimiento



En este momento debería estar allá fuera haciendo InDriver, pero estoy aquí, en mi apartamento, sentado ante este escritorio, escribiendo estas líneas mientras mi mujer termina de hacer el almuerzo en la cocina.

Me siento sin ánimo, flojo, errático, como si estuviese a la espera de algo, no sé; una luz de energía que cambie mi carácter y me haga despertar del letargo en que me encuentro.
                                           
*

Es de noche ya. En la mañana, casi al mediodía, estaba intentando "manifestarme" para sacar, tal vez, algo en claro. Pero el pensar lo que voy a escribir me obstaculiza lo que quiero decir. No tengo naturalidad y sobre todo arrojo. Justamente -no recuerdo ahora cuándo lo pensé, fue en estos días- hay que atreverse. La escritura es un acto de descubrimiento. Lo que más deseo en esta vida es aprender a escribir lo mejor posible, como los escritores a los que admiro. Es algo que deseo más que el dinero, más que cualquier otra cosa, pero no me pongo a ello. Antes al menos trataba de hacerlo, ahora postergo el momento; ni siquiera estando de vacaciones saco el tiempo. Por cierto, tan sólo me queda el resto de esta semana para descansar. El lunes 13 de marzo estaré de nuevo en el puerto. Eso no me pone contento. 

Ser estibador me tiene aburrido y, lo que es peor, ya me está cansando. Tengo un dolor en la cadera en la parte de atrás, del lado derecho, que una vez me cogió la pierna derecha, pero yo aun así trabajaba, pese a que sentía que no aguantaba el dolor, con todo lo que uno tiene que hacer allá, cargar todo tipo de bultos pesados, estructuras, cajas, embiofilar pallets y mercancía estibada, abrir y cerrar guacales de madera, etcétera. Es un trabajo monótono y estupidizante, todos los días se hace lo mismo. Pero la verdad no hay remedio, debo seguir. Ahora tengo mujer, ella tiene un hijo y está embarazada. Además, tengo un carro, un Kia Picanto Emotion que saqué a crédito a mediados del año pasado. Pago setecientos sesenta y ocho mil pesos mensuales. Si me salgo del trabajo en el puerto, no sé si me vaya mejor en la vía, puesto que tengo esa deuda, y tengo miedo, la verdad; de todos modos, si no trabajo el carro, con el sueldo que me gano en el puerto tendría que pagar las cuotas. Así no hago nada. ¿Cómo voy a cubrir mis otras necesidades?


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