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martes, 7 de noviembre de 2023

Las nubes


Un viento de invierno trae nubes grises
Grises nubes cargadas de recuerdos
Recuerdos de penas que toman las tristes 
Formas del pasado.
Mientras el poeta contempla la escena de la tarde
(Allá abajo, en la avenida, los carros buscan llegar rápido
A su destino; en las aceras la gente corre en busca de resguardo)
Desde su solitario balcón mira las nubes
Abrumadas, desvaídas, extraviadas.
Ellas dibujan la multiformidad del tiempo.
Todo puede suceder, piensa el poeta.
Y se prepara para lo más probable:
La ciudad se inundará de tristeza
Y en su alma caerá una lluvia 
de sueños pesarosos.


viernes, 18 de agosto de 2023

Leyendo a Bukowski


Sentado ante mi escritorio
leo a un poeta seudomaldito
en las páginas electrónicas de mi pc
y pienso que tal vez
ese bastardo escribió un día
este poema-vómito
con la resaca de una borrachera
sólo para darme la esperanza,
el sueño de poder hacerlo
también
un día
pero no como él
o quién sabe…
en verdad, no es tan fácil;
nunca lo es
porque incluso los malos versos
(desastrosos besos a nuestra Musa amada)
hay que escribirlos bien
con una cierta clase 
muy personal
de estilo
él lo tenía

lunes, 3 de julio de 2023

Cortázar

 
Se puede escribir muy bien
Pero sobre nada
Por ejemplo, Cortázar
Cortázar es un gran escritor
Escribe como nadie
Mas no toca mi alma
Lo leí un poco cuando 
Estaba en la universidad 
Y nunca le encontré la 
Sustancia a sus textos
Lo más seguro es que yo sea un 
Mal lector
Que Dios me perdone mi imprudencia
No soy un intelectual


domingo, 2 de julio de 2023

El objeto


Una lluvia estruendosa cae fuera 
Se desliza en cascadas sobre
El cristal de la ventana del balcón
Lo único que hago es 

Leer, leer y leer
Un pequeño tomo de tapas rojas
Donde sigo a Dostoievski con placer
A través del ocre de sus hojas

Algunos libros de mi biblioteca
Poco a poco han desaparecido
El tiempo los ha devorado
Sólo los imagino

Los recuerdo de nuevo
En mis manos
Escuchando el sonido de 
Su lenguaje secreto

Cuántas editoriales
Cuántos lectores románticos
Se empeñan en negar 
La muerte del objeto

Es cuestión de tiempo para que deje de existir 
el libro como lo conocemos
Ese tesoro de sueños. Y se pierda 
En el mar de la obsolescencia 

Ahora cesó de llover 
Los truenos esporádicos
Dan paso al pesado ruido de carros
En la avenida


Impoético


Él creció
Haciendo lo imposible
Para no parecerse a su padre
Cuya naturaleza ociosa
Floja
Detesta

Y ahora
Tras años de absurdos tropiezos
Garabatea poemas tristes
Vagos
Demenciales

Pero no le sucede nada poético
Ni bello en su vida
Salvo Ada
Su hija
Su pequeña golondrina
La espera a principios de noviembre
O finales de octubre

Un día en su cama
Despertó sobresaltado
Por este pensamiento:
<<Un hijo es para toda la vida>>
Se sintió atrapado
 
Si por lo menos estuviese
Listo para ser papá
 
Su mayor terror
Sin embargo
Será cuando ella abra por primera vez
Los ojos
Y vea un hombre que sólo tiene
Amor que ofrecer
Y un puñado de poemas
Tristes
Vagos
Demenciales


lunes, 3 de abril de 2023

Un remedio contra el bullyn


Hijo:

Defiéndete; con puños y patadas, con lo que sea. Y si los profesores te dicen, como me dijo un mediocre académico cuando yo estudiaba el bachillerato allá en el pueblo: "Es que tienes que ser tolerante", escúpeles la cara. Nada de tolerancia con los malos. Que te expulsen. No importa. Se busca otro colegio. Pero no te dejes nunca, y pega primero, muy duro, que el que pega primero pega dos veces. Arma la guerra. No importa. Aquí está tu padre para ayudarte a que seas fuerte.

O puedes tomarlo calmadamente y parecer un cobarde, o serlo.


sábado, 1 de abril de 2023

Los negros que tienen los ojos rojos

(Proyecto para cuento de alrededor de 15 pág. Título tentativo: El kiosco)

En Bajo del Tigre, vereda escarpada ubicada en el norte de Bolívar, cerca de Pasacaballo, el Chévere (así le decían a un maestro de la vida que parecía un diablo con su esbelta figura y su sombrero y sus ojos grises) y yo hicimos un kiosco de palma con madera de teca en una finca, allá por el 2015. Yo___Los que la cuidaban no eran oriundos del lugar, eran unos jóvenes de por allá de Sucre o Córdoba, ya no recuerdo, quienes decían que la tierra de aquí era dura y áspera para sembrar, a diferencia de la de donde ellos procedían, que era suave y muy fértil. Sus hijos pequeños tenían un muñeco negro, gordito, un bebé de raza negra cuyos ojos eran de un rojo acristalado, el cual me era indiferente. Sin embargo, al Chévere le hacía mucha gracia el muñeco de chocolate con los ojos rojos. Se reía y lo cargaba como si fuese un bebé real y simpático mientras repetía: "El negro de ojos rojo' es flojo". No dejaba de parecerme curiosa la observación. Le guardo aprecio al Chévere, donde quiera que se encuentre; él se echaba al hombro, fresquecito, como si de plumas de ganso se tratasen -claro, debido a la experiencia- esos largos y pesados troncos de teca con los que yo casi no podía, haciéndome sudar la gota GORDA.


Realismo

   Realismo uno    En todos los idiomas y en todos los tonos se discute este concepto: realismo. Se lo confunde con naturalismo fotográfico;...